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Si a sabiendas de que era hijo único
me has hecho sentir con creces,
el más feo de todos mis hermanos,
comprende que sienta con tinta
y aporree en un oxidado teclado
para matar al último romántico
que cree que de un libro no pasamos.

Si para papel blanco tenía tu espalda
perdona que no imprima lo que escribo
pues un punto mal puesto en el recibo
me recordaría a los lunares de tus nalgas.

Si me has hecho creer un héroe
y ahora me asomo a aletear a las ventanas
y veo en el horizonte un tablón de vuelos
donde anuncias delayed y te escapas...

Si he dormido en las comisarías
porque me sonaban a comisura
de tus risas bien calculadas
no pienses que esto es … delirio.

Piensa en el que escribía con pluma,
en el que tuvo miedo a ser uno más
y en aquel que cuando dormía no soñaba.

Porque yo soy lo que has dejado
la colilla mugrienta y bien pisada
que una vez tuvo carmín rojo
y hoy de rojo, ya no tiene nada.

Y si a nadie le puedo confesar todo,
entiende que no hay nadie que merezca,
o al menos, no de este modo,
que esta víctima le confiese nada.

8 comentarios:

Edu dijo...

¿Estreno tu blog? Guay! :)
A ver con que nos sorprendes...
Beso!
Edu

Trieste dijo...

Gracias por permitirme ser un recolector más de tu abundante cosecha ;)
Gracias por envolvernos en el halo de tu esencia y dejarnos beber de tu inspiración.
Ha sido fascinante ver nacer el fruto de tu gestación, y sin embargo me inquieta que puedas resultar protagonista de esta historia. No quiero.
Eres el último romántico. Tu presencia extiende nuestras alas con rumbo a la esperanza. Tu ausencia, nos sumiría en el mundo de las sombras.

Rojo, destella siempre! Eres luz! ;)



Pd: Me recordaste a Sabina en tu forma de expresarte. Eres todo talento, lentejilla!

Vero dijo...

Me tienes totalmente asombrada, de verdad. Es fabuloso lo que escribes. Un beso

Jorge García Rodríguez dijo...

Gracias, pequeño Trieste... ¿Recuerdas que cuando te conocí leí Triste en lugar de Trieste? Menos mal que me equivocaba...
Por cosas que me han comentado, diré que el "poemilla" es autobiográfico pero completamente anacrónico. Estoy feliz tal cual perdiz.

Jajaja, que difícil es ser poeta sin dictadura...

Jorge García Rodríguez dijo...

Vero, me encanta gustarte :D

Trieste dijo...

Reconforta saber que no forma parte de tu ahora, porque ya estaba desenvainando mi espada! ;)

No recuerdo ese momento, sin embargo nunca olvidaré, por muchos años más que transcurran o aumente la distancia, esa noche en la que yo atravesaba mi peor momento y tú estuviste presente para leerme, apoyarme y alentarme a seguir adelante.

Tu merecida felicidad es siempre motivo de alegría para quienes te rodeamos!! :)

Zyborg-S-31 dijo...

Q bueno :-) lo leia acompañado del silencio y de Tanqueray de Mursego.

Anónimo dijo...

siéntate a escribir un ratito anda,,,un ratito sólo xd