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Hiperenlaces, divagaciones y demagogia

Las mil y una noches: Desde los cuentos de Sinuhé, El Egipcio y los amores y desamores de Las mil y una noches por Bagdag la fantasía de las personitas de este planeta se ha visto menguada poco a poco, poco a poco... Si has visto La Historia Interminable, o mejor aún, si la has leído, sabrás lo importante que es la Fantasía... Pero en España no tenemos ese problema. La Fantasía está a cargo de los impuestos que pagamos con todita nuestra ilusión. Así, Sinuhé deja de ser un médico egipcio para convertirse en una lujosa clínica, Ruber, que atiende a SS.MM. los Reyes de España. No tenemos nada que envidiar a los Reyes de Oriente... De España, de Oriente... al fin y al cabo son unas cuantas letras lo que cambian.

Que sí, que Don Juan Carlos fue una figura importantísima para la transición (dichosa transición, cuidado que está siendo larga). Que sí, que es un estupendo embajador internacional. Que sí, que Letizia es la elegancia hecha persona y una buenísima ídem. ¿Algún argumento más que justifique porque en la ya citada clínica la mercromina es de diferente color, a juego con la sangre? Tenemos una Seguridad Social de la que nuestros políticos -¿son nuestros, no?-
presumen estupendamente, pero no nuestros reyes (y ni mucho menos, los ciudadanos)... Si nuestros políticos -y dale, que son nuestros- defienden la S.S. y defienden la monarquía, ¿por qué no nacen los niños mil-apellidados en los hospitales públicos? Antes de que me lo diga alguien, hoy me apetecía ser demagogo. Pero aún así, demagogias a parte, ¿es que ya nadie tiene sentido común?

Casualidades de la vida también a parte, en los escenarios de Aladdín ahora se libran guerras, mientras que en los escenarios de esta piel de toro podemos ver Operación Triunfo...

Y cuidado con lo que decimos. Que las manifestaciones en contra de la inmigración son legales por si se arman disturbios al prohibirlas, pero las viñetas de El Jueves son injuriosas. Y a callar, que lo dice la justicia... Y cuidado con quién lo dice. Que si lo dice Isabel San Sebastián o TeleMadrid, que muera un chico de 16 años es menos malo porque resulta que pertenecía a una organización que una vez invitó a un portavoz de Batasuna a una conferencia. Y eso que dicen que el plumero sólo se nos ve a los gays... (y a algún que otro bi, que sino José Cristobal se me mosquea).

Bufff, vaya saturación política. Y si alguien lee este blog, me puedo llevar un desacatado ¿por qué no te callas?. Y cuidado con quién lo lea. Por que si lo lee Chavez, lo mismo se pone contento y nos recuerda a todos los españoles lo malos que somos porque invadimos América. Pagaremos con nuestra sangre los errores de nuestros antepasados. Pero cuidado, que a Chavez tampoco le queda mucha sangre de indios, ni mucha lengua... Bueno, sangre le queda: la derramada. Pero es que si lo lee Mohamed VI... bufff, esto se complica muchísimo más.

Y pobre de mí. Creo que me voy a teñir el pelo de rubio, y las cejas y depilarme la barba con láser para dejar de parecer tan mediterráneo, tan latino, tan árabe, tan judío o tan gitano según de donde se mire... Claro, que lo mismo con los cambios me confunden con un rumano y si España aprueba medidas parecidas a las de Italia, me pegan una patada en el culo y me sacan por la frontera... Pero es que me da miedo montar en el metro así, con esta cara tan de todas partes... Bueno, siempre me puedo poner un Lacoste. Hoy en día protege más que un crucifijo.

Y mañana volveré a mi trabajo con mi Lacoste y mi Jet privado. Porque ¿no os he contado que la Administración Pública -ahora Gobierno de España- me ha puesto un Jet? Sí, es que, según mi compañero de trabajo -una persona muy razonable- los gays somos un lobby. Habla de "los gays" como si fuesen otras personas muy lejanas, de otro planeta, sin darse cuenta de que en su misma mesa tiene sentado a uno (o a dos...). Así que con mis terribles mecanismos de presión y mi gran fortuna controlo a la Ministra de Fomento -bueno, y con otros encantos- que no ha tenido más remedio que dejarme a mí parte de la inversión del AVE de Barcelona para comprarme mi avioncito.

Y... ¡mierda!, hoy he llegado tarde al trabajo por culpa de que no tengo aparcamiento para el Jet. Tendré que volver a usar el metro... ¡cómo están las infrestructuras!

P.D.-> Este ¿artículo? no está escrito bajo las influencias de ningún psicotrópico, ni del Fairy Antibacterias, ni de las bombillas de bajo consumo. Los hiperenlaces aquí recogidos son de lo más variopinto y ni mucho menos me los he empollado en profundidad. Los pongo por curiosos y por que ofrecen una visión de la realidad -lamentable en algunos casos- según quién la mire. Este artículo no tiene dedicatorias en sí mismo salvo a quién se quiera sentir identificado con alguna de las frases -que serán muchos-. En ningún momento se ha pretendido ofender a la Monarquía (joder, 3000 euros, son muchos euros de multa, pero: ¡España, mañana, será republicana!).

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues qué menos que utilizar tu jet privado para pasear a tus amigos lobbies con tu polo Lacoste y tu pelo rubio, volaremos por Mallorca, y cruzaremos el mediterráneo en regata... y después nos reiremos de todos (pero el pelo rubio te lo quitas, que no me acaba de convencer...) :P